Solo gracias


Nunca llegaré a comprender como he llegado a querer tanto un colegio, un colegio  en el que me han enseñado a caerme, levantarme, y reírme entre medias. Sé que nunca olvidaré los primeros días de clase en los que a todos nos daba vergüenza saludarnos, aunque solo hubieran pasado tres meses de verano, y en los que no sabíamos ni escribir, en los que cuando llegaba un profesor y decía que iba a empezar materia, casi que te hacía ilusión, pero bueno empecemos desde el principio.

Mes de septiembre, año 2000. Llegamos nuevos a un colegio, en un autobús al que nuestras madres nos subieron con dos lágrimas en los ojos, tanto ellas como nosotros, un colegio tan grande y con tantas personas, en los que se encontraban profesores a los que un día llegaría a querer mucho. En este año todo eran risas, juegos y nuevos amigos. Juegos en ese patio con vallas de colorines, con columpios y unos bancos donde las niñas sobre todo nos tirábamos  los recreos con nuestras seños, a las que adorábamos, de las que yo aún recuerdo su perfume.

Transcurrieron tres años, casi sin darnos cuenta, en los que aprendimos a leer y escribir, con mucho esfuerzo de nuestras seños y mamás, y casi sin esperárnoslo empezamos a ensayar, para una cosa que se llamaba graduación, en los que nos que nos encontraríamos con unas personas muy grandes, y que yo creo que con más ilusión que nosotros, ya que para ellos tenía un significado más grande, el que está haciendo que ahora yo escriba este texto.

Nosotros pasábamos a primaria, y sinceramente no sé yo, que años se pasaron más rápidos, si estos o los de infantil, y mira que estos son seis años. En estos cursos, empezamos a hacer deberes, a estudiar para hacer exámenes, y a aprendernos las oraciones para más tarde hacer la comunión. Aún recuerdo lo que dije en este día tan especial, las caras de las personas que más me querían y las de mis compañeros al darnos el cuerpo de Cristo, ya que se les había pegado en el cielo de la boca, que digo les, se nos había pegado. Recuerdo el último día de nuestro último curso de primaria, nos despedíamos de algunos con lágrimas ya que  no seguirían con nosotros al año próximo, ya que cambiaban de colegio, y con otros solo  nos decíamos hasta septiembre.



El primer día de secundaria fue de muchas presentaciones, chicos y chicas que entraban nuevos y profesores  que nos enseñarías muchas cosas, como que todo sirve para algo y refranes, como que dos no hablan si uno no quiere, ya que si por nosotros fuera nos tiraríamos el día hablando con nuestro mejor amigo. Todavía veíamos muy lejos eso de graduarnos... Cada año que transcurría, se iba quedando más gente atrás, algunos que se iban y otros que repetían.

Aún recuerdo cuando el año pasado vimos el ensayo de la promoción anterior, a casi todas las chicas se nos saltaron las lágrimas cuando sentimos la canción, y digo la canción por que no es una cualquiera sino, la conquista del paraíso de Vangelis, ya que es la canción con la que todos los chicos y chicas soñamos llegar al escenario la noche de la fiesta de fin de curso.

Y comenzamos nuestro último año, en el que algunos nos separábamos de nuestros amigos, ya que algunos íbamos a ciencias y otros a letras, pero solo por una hora, ya que nuestros cambios de horas eran un ir y venir de gente entrando de clase en clase. Cuando empezó el curso, en septiembre, veíamos muy lejano el día 21 de junio, el día de nuestra graduación. Y también nuestra última clase de biología, la que esperábamos con mucha ilusión ya que nuestro profe, nos tenía una sorpresa para este día que tenía que ver con las matriuskas o no sé qué. En las semanas seguidas a las de exámenes siempre había alguien llorando, porque la nota no era la que ese alguien esperaba, pero todo se fue superando. Todo el mundo le daba el apoyo a esa persona... Tanto que nuestros profesores dicen que como personas y que como vagos como nosotros solos.

He de decir que nuestros viajes de estudios tanto a París como a Londres han sido los mejores, y no porque hayan sido los nuestros, ya que han estado llenos de anécdotas  a recordar con una sonrisa, entre ellas esta nuestro primer hotel de París o la tarde de compras en Londres y también esos viajes tan largos en autobús para coger ese avión.



Nuestras ultimas semanas en este colegio fueron un poco duras, nuestros ensayos, nuestras últimas clases, de la que destaco la de  biología, que adelantaba antes, de la que solo puedo decir, emotiva, ya que nuestro profe no nos deja decir nada ya que quiere que sea una sorpresa para las generaciones siguientes, pero nada más que por esto merece la pena elegir ciencias, la última oración, nuestros últimos exámenes.... 

Si estos días fueron emocionantes y emotivos, el día de nuestra graduación, por la que llevábamos esperando 13 años,  fue un día de nervios, de sentimientos opuestos, ya que sentías la alegría de que llegaba el día que tanto esperabas y la tristeza ya que terminabas una etapa. Todos nos despedíamos con un hasta luego, ya que ninguna queríamos decir ni adiós, ni hasta siempre, porque de aquí a parte de llevarnos muchos recuerdos, nos llevábamos a unos amigos o hermanos, ya que han sido tantos los momentos vividos, tantos los malos, como los buenos, que estos últimos ganan.



Lo único que puedo decir al final de todo esto es gracias, gracias a todo el mundo que ha hecho posible esto y muchas cosas más, nunca lo olvidaré.

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